viernes, 22 de febrero de 2013

Sweet Friday



Hoy Viernes 22 de Febrero tenemos la oportunidad de llevar a cabo una ruta de lo más encantadora por la zona vieja de Zaragoza, perfecta para acudir con esa mejor amiga eterna que todas tenemos, y si eres particularmente afortunada, con varias de ellas.

A las 20,00 h; en la galería de Arte Lasala -situada en la C/Las armas 78- se inaugura la exposición de grabados y esculturas de Iria Rodríguez "Viajes extraordinarios".   Personalmente, estoy más que harta del rollo de animales con cabeza humana, humanos con cabeza de animal, guiños a Alicia en el país de las maravillas y parajitos, ciervos y ponys por doquier. No sé si es culpa de Mark Ryden o de la bisutería de H&M, pero toda fórmula tiene un límite, incluso cuando funciona bien. Sin embargo, la esencia de la obra de la gallega parece haberse impuesto a sus propios motivos estéticos, y respira una modernidad puramente teenager que la llena de frescura y evoca a Phoebe Gloeckner y las estampas sadomasoquistas de  la colección "Ilustradores del dolor". No es la clase de exposición que uno deba perderse, y si queda enamorado, siempre puede preguntar por la adquisición de uno de los grabados seriados, que obviamente resulta más económica que la de una obra original. 

A la misma hora, en Mù Restauración, situada en el número 68 de la misma calle, se dará a conocer la colección "Thaw" de Mujer-ciervo (qué casualidad ¡otro ciervo!) que resultará muy interesante a diseñadores varios, ya que las obras de la artista -también gallega- irían que ni pintadas en una camiseta de algodón blanco, en la portada de un vinilo -de Grabba grabba tape, por ejemplo- o como motivo de carteles y fliers para conciertos.

En suma, dos exposiciones femeninas que tenemos la suerte de albergar en dos de los espacios más interesantes y prolíficos de la renovada calle las Armas.

Para concluir, me decantaría por dar un paseíllo hasta la zona de la Magdalena -unos 15 minutos- y acabar en el Barrio Sur, al ladico de la Plaza San Carlos. Allí una puede terminar -o continuar- la velada de la manera más acorde a las exposiciones previas, con un baratito y enooorme pedazo de tarta casera -en su versión de queso con arándanos o chocolate con almíbar- acompañado de un chato de vino blanco o uno de los cócteles de la carta, algo pequeños y estrafalariamente mezclados, pero cuyo precio -3'50- hace que sepan a gloria pura.










Imágenes: Diversas obras de Iria Rodríguez, exceptuando las dos últimas, que corresponden a la exposición "Thaw" de Mujer-ciervo.

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