miércoles, 20 de febrero de 2013

Una noche japonesa.



  La falta de perras hace sin duda su mella en nuestros ratitos de ocio. Salir es caro, y Salir con mayúsculas es carííísimo. Entregarse al alcohol y otros vicios varios, ir al cine, a un concierto o a una discoteca maja son cosas que muchos tenemos que pensarnos dos veces, y no hablemos ya de acudir a la ópera o al teatro y volver a casa en taxi, lujos que ya no entran en el vocabulario de muchos. 

  Siempre tenemos la opción de quedarnos en casa, algo por lo que bastantes optamos, plantarnos delante de la tele y tragarnos un programa detrás de otro como si no hubiera un mañana. Sin embargo, no abandonar el hogar no tiene porque estar reñido con tener una noche original y estimulante (y no, este post no va de movidas sexuales difíciles de pronunciar). Los japoneses de hecho tienen un curioso concepto de la belleza y la felicidad, que saben encontrar en los detalles y en la vida cotidiana en general, algo en lo que los occidentales estamos de lo más pez. Lo cierto es que, con poquitos recursos y un poco de imaginación, podemos pasar una velada la mar de rica. Yo siempre he sido muy fan de las noches temáticas -aquello de ver westerns con sombrero de cowboy y ponerse hasta el culo de mole poblano, por ejemplo- así que hoy os  voy a proponer una al estilo Japonés, sencilla y barata pero que puede salir muy bien si se tiene buena compañía (y si se dispone de un cable de conexión del ordenador al televisor, la cosa ya será miel sobre hojuelas).


  Para empezar, hay muy buenas películas japonesas que entretendrán a cualquiera, desde los 7 samurais a Battle Royale o El viaje de Chihiro. Sin embargo voy a recomendar una que es menos conocida -o menos popular en este momento- y que sin embargo es uno de los mayores clásicos de la historia del cine; SEPPUKU. La película, del 62,  está dirigida por Masaki Kobayashi y se ambienta en una época -inicios del SXVII- en la cual los samuráis habían caído en desgracia, ya que la paz y la disolución de los clanes los había dejado "parados", y se dedicaban a vagar tratando de conseguir trabajo y comida aquí y allá. No diré más porque sería estropear la película, sólo añadir que la trama gira en torno al seppuku (aquí erróneamente llamado Harakiri), el ritual de suicidio Japonés al que se recurría para evitar ser capturado por el enemigo o lavar el deshonor, así como para cumplir la pena capital, para lo cual el Estado otorgaba unos días, en los cuales el condenado había de practicarse el seppuku a fin de evitar morir decapitado por un verdugo, algo muy indigno. No asustarse aquellos no familiarizados con el cine japonés y el blanco y negro, es una obra muy entretenida que engancha desde el primer momento. Lo mejor es que está enterita en youtube, así que no hace falta alquilarla ni descargarla, ni buscar el enlace correcto entre los mil caducados o rotos que suelen ofrecer películasyonkis o cuevana. (Os dejo aquí el enlace http://www.youtube.com/watch?v=l6_x6DqFIl4)

  Ahora que tenemos ya la película, podemos pasar a planear el menú. La gastronomía japonesa es mundialmente famosa por el sushi (especialmente los rollitos o makizushi), el cual me deja bastante fría debo reconocer. Sin embargo, para aquellos que quieran probarlo, lo tenemos ya preparado  y congelado en la marca findus (el paquete vale unos 6 euros y tiene rollitos de sushi de pepino y queso y de salmón), aunque siempre podemos optar por comprar salsa de soja, arroz para sushi, alga nori y pepino, aguacate o lo que creamos oportuno para el relleno, y prepararlo nosotros mismos. Aquí hay una receta muy sencilla de sushi vegetariano (http://www.directoalpaladar.com/recetas-de-arroces/receta-de-sushi-de-verduras), aunque para mi gusto el plato estilo japonés más resultón es la tempura, que suelo combinar con arroz. Hay una tempura precocinada buenísima lista para freír de la marca Ta tung (http://www.ta-tung.com/Tempura_de_Verduras.html) muy barata, que puede comprarse en supermercados como Alcampo. Además la marca Maheso la vende en bolsa, congelada, y aunque no la he probado, me han dicho que está muy rica. Para acompañar la tempura, arroz blanco y trocitos de tofu -o pollo en caso carnívoro- macerados en un poco de soja y con zanahoria, cebolla  y pimiento verde picado, por ejemplo, es más que suficiente. Si queremos añadir un pequeño postre, podemos acercarnos al supermercado Chino de gran vía (vale sí, chino, no japonés, pero una pastita con un kanji en el envoltorio queda fetén de todas formas) y comprar alguna tontería.


  En cuanto a la decoración, los ahorradores podemos dibujar en un mantel de papel blanco algún kanji (¡con gracia!) e incluso hacer una ornamentación para colgar muy sencilla y resultona. Por ejemplo, es muy fácil hacer guirnaldas con platos de papel o cartulina -recortada en forma redonda- a lo cual podemos añadir un motivo japonés con rotulador negro (un kanji me sigue pareciendo lo más sencillo, ten en cuenta que aunque trates de poner "belleza" y te salga "prostituta enganchada al crack" nadie se dará cuenta). La cosa está en dibujar encima de los platos o la cartulina por ambas caras y unir las distintas piezas mediante un hilo de pescar, acordándonos de hacer un nudito cada vez que pasemos una de ellas, para que no se muevan ni se acumulen en el centro. Con esta menudencia ya podemos darnos por satisfechos, pero en caso de que no nos importe gastarnos más dinero, o queramos preparar una noche más especial, en Butlers (Aragonia) venden cuencos de estilo japonés muy llamativos y a un precio muy económico. Aquí podéis ver lo bonicos que son (http://www.butlers.es/YUMYUM-Cuenco-de-flores-azul-con-palillos/10189959,es,pd.html). Como colofón, una botellita de Sake o cerveza Kiri Ichiban de importación pueden adquirirse en el Corte Inglés.

¡Feliz noche a la japonesa!








 Imágenes: Portada filme Seppuku.
                  Kanji Gato.
                  Kanji Amor.


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